Bruno Passarelli, periodista bahiense de vasta y destacada trayectoria internacional, vive en Roma desde hace muchos años. Desde allí leyó la entrada anterior referida a la amistad entre Angel Cappa y Alfio Basile y envió a este blog una historia personal relacionada con Basile, historia que vale su peso en oro, con una notable revelación: el Coco no sólo hincha y jugador de Bella Vista. A la hora de mirar basquet, el actual DT de Boca Juniors tenía su ídolo en la avenida Alem.
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En 1990 Basile fue invitado a un programa de TV que conduce Enrique "Quique"Wolff, donde se habló de su infancia. Fue entonces que el Coco contó una vivencia de chico. "Sí, es cierto: Bahía dio fenómenos como Lito Fruet y el Beto Cabrera. Pero de pibe yo era hincha de un club de la avenida Alem, llamado Napostá, y mi ídolo era un base bajito, medio gordito, con el número 4, que se llamaba Atilio
Cacho Feliziani".
Prueba de ese fanatismo es su descripción del juego que desplegaba el hombre de Napostá. "Era un jugador fenomenal, pasaba la media cancha, apuntaba y...
wroom, doble seguro. Yo era entonces un pibe y como los partidos se jugaban los domingos a la mañana, agarraba la bicicleta de mi tío Viñuela, de Bella Vista, y me iba pedaleando por calle Pringles, agarraba Corrientes, 12 de Octubre, hasta la cancha de arena de la avenida, sólo para ver a Feliziani...". Hasta los nombres de las calles se acordaba el Coco, que se fue con apenas 15 años a Buenos Aires para probar suerte en el Racing Club de Avellaneda, con el cual alcanzaría la gloria.
Atilio "Cacho" Feliziani, descolgando un rebote. Fue uno de los mejores jugadores de la historia del basquet bahiense. Jugador, hincha y dirigente de Napostá. Alfio Basile iba en bicicleta desde Bella Vista para verlo jugar los domingos a la mañana.
Basile y Passarelli, en La Falda, Córdoba, 1966. El Coco con el escudito de Racing Club en su saco.
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Lucio, hermano de Bruno Passarelli, era compañero de banco de Basile en la escuela 7 de Bella Vista. De allí que se conocieran desde pibes. En 1966, Passarelli estaba en La Falda, Córdoba, cubriendo para La Nueva Provincia un festival de Tango cuando se encontró con el Coco, que estaba de pretemporada con el Racing de Pizzutti, "el equipo de José" que se preparaba para ganar todo lo que pasara cerca. De ese encuentro la foto superior que acompaña este comentario. A partir de entonces se verían un par de veces más en Europa.
"Uno de esos encuentros lo recuerdo muy bien. Estábamos en mi casa de Roma cenando, el Coco, el "Panadero" Díaz y el periodista Horacio Pagani, siendo Coco DT de la selección. En esa comida se enteró de la sanción de un año impuesta a Caniggia por consumo de cocaína", rememora Passarelli.
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Pero si a cualquiera estas historias de vida emocionaría a cualquiera, para Passarelli ninguna iguala aquella pasión de Coco Basile por Napostá. Porque ese fue, es y seguirá siendo el club de sus amores, del que fue jugador, dirigente y presidente (1969-73). El club que, como le sucede a Cappa con Villa Mitre, sigue conmoviendo cada día de su vida.
Basile frente a la escuela 7 de Bella Vista, 1968Basile en calle San Lorenzo, la calle de su niñez, 1968.