Carlos Simonetti, muy conocido en Bahía Blanca con el sobrenombre del "Tuerca Simonetti", se acercó por estos días al Concejo Deliberante, llamó a algunos periodistas amigos e interesó a otros políticos conocidos, para plantear una idea tan original como atractiva: crear en el
galpón de cargas de la terminal de ómnibus -candidato a la demolición- un "Museo del Transporte". Propone el hombre exhibir en el lugar algunos de los pocos carruajes que aún quedan de aquella maravillosa colección de 47 unidades comprados por la municipalidad en 1996 (hoy arrumbados-abandonados en el Parque de la Ciudad), sumar algunas de esas joyitas de autos antiguos que existen en la ciudad, incorporar fotos, documentos y ciertos elementos de la rica historia del transporte local, la cual incluye ferrocarriles, aviaciones, colectivos, micros, galeras, tranvías y trolebuses, entre otras tantas especies. Ningún lugar aparece además más apropiado que ese galpón ladrillero, vecino a la Terminal de ómnibus (puerta de entrada de la ciudad), que fuera parte de un complejo ferroviario, y que agrega con su arquitectura industrial un valor agregado singular.
La propuesta es por demás interesante, mucho más sensata que la demolición para permitir que estacionen 15 autos. Una buena vuelta de tuerca para un tema que parece todavía puede dar sorpresas.
Las ilustraciones que acompañan este comentario muestran museos del transporte existentes en el mundo, algunos de ellos (el de Londres por caso) montado dentro de un edificio ladrillero industrial.
Aquí se puede escuchar otra opinión sobre el tema (gentileza Ariel Biagetti) y
aquí leer una nota del arquitecto José María Zingoni sobre la cuestión.
El ferrocarril como protagonista: una manera de entender la historia.
Sulkies, volantas, breaks...los carruajes que abrieron la historia
Edificio ladrillero en Londres, para el concurrido museo del transporte.
Espacialidad y variedad en el museo de Glasgow.