En 1921 quedó inaugurado, en el irregular terreno de Dorrego y General Paz, el molino harinero La Sirena, de Luis Godio, industria bahiense con capacidad para competir en el mercado. Fundado en 1882, el molino comenzó funcionando a orillas del arroyo Napostá. El amplio edificio fue equipado con maquinaria de Suiza, Italia y Alemania. En esa época elaboraba harina tipo "doble A", destinada a pan de primera clase, y "doble B", especial para la galleta cordillerana. En 1968, los sucesores de Godio vendieron el capital a Molinos Werner SRL. "De algún modo habrá de continuar lo iniciado por los pioneros de la industria bahiense", se dijo. La realidad fue otra. Declarada su quiebra en 1980, fue adquirido por un consorcio de empresas harineras que procedió a desmantelarlo con el único fin de "eliminar competencias". Sus pocas paredes terminaron de caer en 2015, para dar lugar a un mega emprendimiento edilicio bautizado CRONO. Las ilustraciones dan cuenta del histórico molino y el edificio de cinco pisos que ocupará la esquina. Detrás de esa obra se erigirán dos torres de 24 pisos cada una, con más de 200 departamentos.
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