31 de julio de 2009

Una casa y un mural

En cualquier calle, en cualquier barrio, la ciudad puede sorprendernos con sus propuestas, mayores y menores. En este caso, este singular mural realizado con trozos de mosaicos en una de las paredes laterales de una vivienda de calle Azara al 700, a pocos metros del parque Independencia. recreando las figuras de unos cisnes y otras formas propias de la naturaleza. El sistema constructivo también se aplicó en la vereda que conduce desde la puerta de entrada sobre la línea municipal y la de acceso a la casa. Colorido, arte y creatividad en este particular aporte al paisaje urbano.




30 de julio de 2009

Ayer y hoy: casona art nouveau


En la esquina de la avenida Colón y Brown se ubica esta tradicional casona que data de 1910. Incluída en el inventario patrimonial arquitectónico de Bahía Blanca, poco y nada se la protege de la pintada de las distintas áreas de la planta baja y de una anarquía completa de carteles. Si bien no es una casa que pueda encuadrarse en el art nouveau puro, algunos detalles de su decoración de fachada son por demás singulares, como los girasoles que aparecen en varios lugares del edificio. Un ayer y hoy, pleno de contrastes.

24 de julio de 2009

Malos puentes

La municipalidad de Bahía Blanca ha decidido no pensar demasiado y licitó la construcción de un puente peatonal sobre la avenida Alberto Pedro Cabrera, a la altura de la escuela de Agricultura y Ganadería, pidiendo a las empresas interesadas en realizar la obra que además de laoferta de construcción presenten un proyecto de "hormigón pretensado" con barandas y rampas. El resultado fue el esperado: un puente tipo vialidad, sin ningún aporte estético, gris, recto, apropiado para cualquier ruta del país. Poco importó que esta pasarela se ubicará en un paisaje muy atractivo de la ciudad, como es el valle del Napostá, con singular geografía y vistas hacia las sierras


Así será el puente a construir sobre la avenida

Cuadro de situación


Los alumnos cruzan Cabrera para tomar el ómnibus


Sarmiento y el valle del Napostá, antes de las luminarias y el puente: puro paisaje.


Obras que se hacen con amor
Los puentes de estos tiempos: funcionalidad, diseño, color, materiales modernos, creatividad.


Puente peatonal, hierro y blanco entre este lado y una escuela.


Cosas rasas, atrevidas, diseño y modernidad, elemento escultórico.


La simpleza, el color, los nuevos materiales. Economía, racionalidad y diseño.


El respeto por el paisaje, una aparición no traumática, los materiales del lugar.

Un rayo curvo que sube y baja, formas curvas, madera, calidez, diseño, economía.

No se pensó desde la comuna en una obra que a pesar de ser funcional por excelencia, como es un puente, puede aportar su cuota de diseño, de adaptación al paisaje, de respeto por el lugar. Debiera además ser un llamado de atención hacia la Universidad y a la Escuela a la que va a atender, en cuanto a la búsqueda de un proyecto de excelencia, dentro de las limitaciones presupuestarias, que aliente la creatividad, el uso de nuevos materiales, la plasticidad. Un puente es mucho más que una estructura que permite pasar de un extremo a otro. Es un hecho urbano, una presencia artificial que irrumple en el paisaje y debe ser respetuoso del mismo. Santiago Calatrava, el arquitecto e ingeniero valenciano que ha hecho de los puentes una herramienta de revitalización urbana, ha dicho, al inaugurar su última obra en Venecia, que se trata de una obra pensada "a la altura de la ciudad" y "un acto de amor hacia Venecia". De ese pensamiento, una obra distinta.
Un detalle final, la propuesta de la única empresa que se presentó a la licitación es, cuanto menos, elevada. Los $ 1.467.000 pesos (unos 420 mil dólares) a gastar son en terminos de, por ejemplo, inversión en viviendas, el equivalente a construir 12 unidades del Plan Federal.

Posdata: no se trata sólo de cuestionar el puente por su estética. Se presenta además una crítica al hecho de no analizar alternativas menos agresivas y costosas, que las hay y muchas.
Posdata 1: Desde la municipalidad se decidió ahora suspender la licitación. http://www.labrujulanet.com.ar/noticias/lbn/20090727/1248708116.html

21 de julio de 2009

O'Higgins ancha



Primera cuadra de calle O'Higgins, vista desde la esquina de Chiclana, hacia Brown. A la izquierda, el hotel de Londres. A la derecha, en construcción, la Casa Amueblada que levantaba Antonio Muñíz. A mitad de cuadra, mano izquierda, se alcanzan a divisar los andamios de la obra en ejecución de la "Casa Gerardi", propiedad del constructor Antonio Gerardi, la cual, años después, se convertiría en el recordado edificio de New London.
O'Higgins con veredas muy angostas y una calle demasiado ancha para una geografía urbana sin automóviles, con unos pocos carros de tracción a sangre. Bahía Blanca y su calle emblemática, 1907.

18 de julio de 2009

Los chalés de Villa Harding Green

Los chalés de Villa Harding Green conforman una de las curiosidades bahienses, una singular propuesta edilicia que vale la pena conocer. Se trata de un conjunto de cuatro viviendas tipo chalét, construídas en las primeras décadas del siglo XX como parte del impulso que se pretendía dar por entonces a Villa Harding Green, uno de los tantos loteos planteados en la época, destinados dar una posibilidad concreta al trabajador de adquirir su propio terreno y edificiar su vivienda propia. Villa Harding Green fue creada en 1907 por iniciativa de Ernesto Parral, quien sacó a remate sus lotes a unos 6 kilómetros de Bahía Blanca en cómodas cuotas mensuales, garantizando el servicio de agua potable, una rica forestación y el transporte urbano a través del tranvía eléctrico. A pesar de su incansable esfuerzo, el barrio nunca logró fortalecerse según la idea original de Parral de establecerse "barrio Parque", ni siquiera con el primer barrio obrero levantado con dineros públicos, o la habilitación, en 1929, del aeropuerto local. Los chalés, de tipo "Adornado", según se los llamaba entonces, quedaron por testimonio de parte de aquel emprendimiento. Uno de ellos perteneció a Arturo Coleman, máxima autoridad del ferrocarril del Sud, el que se llamó"La Emilia", en referencia a su mujer, y el otro, llamado "El Retiro", hoy propiedad del municipio, fue parte de un sistema ideado por el propio Parral, de construir el inmueble y luego sortearlo mediante la venta de una rifa con mil números. Fue el denominado "Hogar por sorteo", de mucho éxito en la ciudad y la región.


Uno de los más llamativos. Hoy funciona en el lugar un taller chapista.


Una curiosidad: el que lleva el nombre de "Mr. Coleman".


El hogar por sorteo


"El Hogar por sorteo", novedoso sistema implementado por Parral para vender la propiedad mediante una rifa con mil números.


La obra hoy. Bautizada"El Retiro" es propiedad de la municipalidad de Bahía Blanca.

Suizo renacentista


Construido en 1912, su ejecución se anunció como la de un "precioso chalét suizo, fachada renacimiento italiano en el Belgrano de Bahía Blanca". Tenía servicio de tranvía eléctrico "a la puerta", a 20 minutos de la plaza Rivadavia, y una edificación de "cinco piezas, cuarto de baño, despensa, cocina, cuarto de servicio, buen algibe y agua para riego. Todo perfectamente cercado"



Estado actual y detalle de la crestería de remate, realizada en hierro y con dos curiosas banderitas de ese mismo material. Un cerco de frente le ha quitado la posibilidad de ser visto según su diseño original, con pilares y rejas. Cuando la propiedad salió a remate, en 1936, se la conocía con el nombre de "La Emilia".


Ha pasado casi un siglo desde su construcción y las obras siguen ahí, ocupadas y en buen estado de conservación. Distribuídas en dos manzanas, vecinas entre sí, dan cuenta de una historia diferente, cargadas incluso con cierta cuota de misterio y belleza, en un paraje que, tal cual lo soñó Parral, permite un contacto directo y reparador con lo mejor de la naturaleza.

15 de julio de 2009

Plaza Partida

"El número de todos los átomos que componen el mundo es, aunque desmesurado, finito, y sólo capaz como tal de un número finito (aunque desmesurado también) de permutaciones. En un tiempo infinito, el número de las permutaciones posibles debe ser alcanzado, y el universo tiene que repetirse. De nuevo nacerás de un vientre, de nuevo crecerá tu esqueleto, de nuevo arribará esta misma página a tus manos iguales, de nuevo cursaras todas las horas hasta la de tu muerte increíble". Jorge Luis Borges, en Historia de la Eternidad.


Norberto Arecco, intendente municipal electo, 1950-54

Una concejal electa del radicalismo, que asumirá su banca el próximo mes de diciembre, mencionó al diario La Nueva Provincia que entre sus primeros proyectos a desarrollar como edil estaba la apertura de la plaza Rivadavia, laprincipal de Bahía Blanca, con la idea de mejorar así el caótico tránsito bahiense. La idea instaló un acalorado debate mediático en una semana carente de demasiados temas de interés periodístico, como si el anuncio lo hubiese realizado el propio jefe comunal como una decisión ya tomada. Absolutamente nadie pensó jamás en abrir la plaza y la mayoría de los opinantes coinciden en que sería un verdadero "disparate". Lo cierto es que, más allá de lo curioso del tema, abrir la plaza Rivadavia prolongando la avenida Colón es una propuesta de intervención urbana que se repite de manera cíclica en la ciudad en un promedio de tiempo de 20 años, contando desde 1914, en que un grupo de vecinos lo propuso por vez primera para mejorar, precisamente, el tránsito en el centro.
Las ilustraciones que acompañan este comentario muestran uno de esos proyectos, que no pudo concretarse presentado por el entonces intendente municipal Norberto Arecco.


La plaza Rivadavia organizada en dos nuevas plazas, 1954


El pedestal para el monumento a San Martín diseñado por Arecco

Arecco, ingeniero civil de profesión, propuso unir en 1954 la avenida Colón, por entonces llamada avenida Eva Perón, con Yrigoyen, manteniendo el monumento a Rivadavia en el centro del paseo y retirando la Fuente de los Ingleses y el monumento de los Israelitas, los cuales serían trasladados a otros espacios de la ciudad.
Dividida la plaza en dos partes, la misma resignaba su nombre de "Rivadavia" para tomar los de "Plaza Argentina" y "Plaza San Martín". Precisamente a ese segundo espacio se trasladaría el monumento a San Martín del parque de Mayo, el cual se colocaría sobre un elevado y esbelto pedestal construido en piedra.
La actual idea de partir la plaza carece de un fundamento técnico y no ha sido planteado como posiblidad desde ningún ámbito comunal oficial. Pero a no preocuparse demasiado si alguien no alcanza a meter un bocadillo sobre la cuestión. De acuerdo al ritmo ya establecido, los bahienses volveremos a hablar del tema en 2029. Allí estaremos.

12 de julio de 2009

La Perla del Sud y un particular secante



Acerca de la entrada anterior sobre la ejecución de mosaicos hidráulicos, el amigo, colega y apasionado por la construcción, ingeniero Ricardo Trobiani Rognoni, compartió con este blog un recuerdo familiar de enorme valor. Se trata de un secante que recibió como herencia familiar por parte materna, y que lleva la publicidad de la fábrica de mosaicos “La Perla del Sud”, de Nicolás y Gerardo Pagano.
Para los más jóvenes, el secante se utilizaba para secar la tinta cuando todavía se escribía utilizando las plumas a cucharita. En particular, Trobiani lo utilizaba cuando, siendo estudiante de la escuela industrial, los “gotones” de tinta caían desde el tiralíneas (antecesor de las Rotring) al plano en ejecución.
Pero volviendo al mencionado secante, su parte superior hace referencia a la “Perla del Sud”, con las siluetas de dos edificios emblemáticos construidos por la empresa de los Pagano: la sede del club Argentino (Avenida Colón y Vicente López, de Bahía Blanca) y la sucursal del desaparecido Banco Comercial de Tres Arroyos. También contiene la dirección de la fábrica, con talleres y depósitos en calle Dorrego 135 y escritorio y exposición en San Martín 145, y los teléfonos de las dos compañías que por entonces operaban en la ciudad, Unión Telefónica (número 444) y La Bahiense (155).
La Perla ofrecía, de acuerdo al escrito, un “vasto surtido en mosaicos y la importación de mayólicas”, destacando su condición de ser parte de la “industria nacional”.


La tapa del secante


El secante-barco con su particular morfología.

11 de julio de 2009

Empalme Grünbein



Para los amantes del ferrocarril, Bahía Blanca es una zona donde los testimonios dejados por las empresas del riel desde fines del siglo XIX se multiplican en todo su entorno. En un radio de 100 kilómetros existen decenas de estaciones, puentes, casillas, galpones, señales y todo ese maravilloso equipamiento que las empresas inglesas trajeron junto con el ferrocarril.

Precisamente en un paseo por Calderón, a unos 30 kilómetros de Bahía, tomando luego por un camino vecinal, de tierra, casi perdido, se llega a una modesta estación llamada "Empalme Grünbein". Abandonada, semivandalizada, la misma aparece perdida en medio de un campo que llora su sequía. Empalme Grünbein era el punto de encuentro entre la "vía Pringles", habilitada al servicio público en 1903 entre Olavarría y Bahía Blanca", y la que llegaba desde Tres Arroyos, habilitada en 1891. A partir de este empalme, siguen dos vías, con destino a la estación Grünbein.


Empalme Grünbein, vista desde el camino


La doble vía y los empalmes.


Los cambios


Doble vía con destino a Grünbein.

La estación "Empalme Grünbein" y su casilla de señales.

La estación está abandonada, con una casilla de señales, algunos "cambios" de piso que permitían el cambio de vía y toda una sensación de "propiedad privada" que intimida para uno acercarse a husmear el lugar.

Son tesoros perdidos en medio de la nada, protagonistas del progreso más trascendente que tuvo el país en la primera mitad del siglo XX, testimonios de la gran cruzada civilizadora de la máquina.

9 de julio de 2009

Tesoros bajo nuestros pies

A mediados del siglo XIX comenzó a fabricarse en Francia el denominado "Mosaico hidráulico", una propuesta que permitía materializar piezas decorativas para usar en pisos y en revestimientos de pared. El material exigía un cuidadoso trabajo artesanal, mediante la elección de pigmentos minerales y mármoles molidos que, mezclados con cemento blanco, permitían ir conformando una pieza que admitía multiplicidad de diseños y colores. El sistema de ejecución era simple pero requería oficio y cuidado. Se comenzaba diseñando el dibujo a materializar como carpa de terminación del mosaico mediante un molde o trepa, metálico. Esa estructura de colocaba dentro de otro molde-contenedor. Sobre cada compartimiento de la trepa se volcaba entonces la mezcla con el color elegido, con una dosificación que debía repetirse con precisión en cada unidad. Luego se completaba el espesor del mosaico con dos capas de arena y cemento. Armada esta "torta", se prensaba durante una hora. A partir de allí se procedía a sumergir la pieza en agua durante 24 horas y luego venía un proceso de secado de un mes, acopiada en un ambiente seco y oscuro.


Detalle del inicio del trabajo artesanal


Moldes o trepas utilizados para la fabricación del mosaico

El mosaico hidráulico admitía infinitas combinaciones, podían unirse las piezas formando dibujos mayores, ser adaptado como guarda o combinar diferentes dibujos de acuerdo al ambiente a revestir. En nuestro país se pusieron de moda a principios del siglo XX y hoy es un descubrimiento permanente en las casonas de las primeras décadas del siglo en zaguanes y pasillos, baños y salones, estas atractivas piezas que se han convertido en objeto de culto. Su eficiencia al uso y desgaste es extraordinaria, la punto que es común verlos en todo su esplendor, conservando colores y formas.


Tesoro municipal
Uno de los edificios emblemáticos de la ciudad que posee un verdadero muestrarios de formas y colores en mosaicos hidráulicos es el palacio Municipal. Se los puede ver en diversidad de diseños y formas en los grandes ambientes como el otrora denominado "salón de los pasos perdidos" de la planta baja, en pasillos, zonas de acceso y, una belleza, en los baños ubicados en la planta alta. Por su calidad merecen una especial atención, el cuidado adecuado y la justa valorización. Fueron, además, fabricados por empresarios locales, los hermanos Nicolás y Gerardo Pagano, con su empresa "La Perla del Sud". Colocados en 1909, llevan exactamente un siglo resistiendo la pisada de bahienses.



Variedad de colores y diseños en la zona de escalera


Baños en planta alta


Hall central


Hall central, detalle de guardas

Salita de servicio, planta alta.

6 de julio de 2009

La superviviencia del más apto

Y un día el galpón llegó a la municipalidad

El martes 8 de julio una maqueta del galpón de cargas llegó al municipio, en una nueva manifestación de los estudiantes de artes visuales que han iniciado una verdadera cruzada a favor de la no demolición del edificio. Dentro del palacio comunal hubo una batucada, algunos aplausos y pocas palabras. Ningún funcionario se dignó a recibir a "reducido número" de manifestantes. La maqueta quedó luego en la vereda de la comuna hasta que un par de policías se encargaron de desactivar a la amenaza.
Desde la Capital Federal, mientras tanto, los abogados que participan de la página http://bastadedemoler.org/?p=277 han informado a los estudiantes de la escuela sobre algunos recursos legales (amparos) que pueden evitar la demolición. También desde los colegios profesionales (arquitectos, ingenieros, técnicos y agrimensores) que integran la Comisión Asesora en temas patrimoniales del municipio han optado por el más ingrato de los caminos que es el de la indiferencia.
En estos días el galpón ha llegado al palacio. Ambos fueron parte de un pasado de esplendor y progreso. Hoy uno ha condenado al otro. Unos pocos a otros pocos, en la misma ciudad.


El galpón se anima a un palacio.


El intendente Breitenstein ratificó la demolición.
http://www.frenteacano.com.ar/verNoticia.php?k=88726


Los estudiantes de posgrado de la Escuela de Artes Visuales sostienen que para luchar por un objetivo se necesita perseverancia, continuidad y coherencia en su mensaje. Por eso las intervenciones que vienen realizando a favor de la no demolición del galpón de la terminal de ómnibus mantienen una actividad cada dos días (o menos).

El lunes 6 de julio los alumnos de la materia Arte Público, de la mano de su docente María Cristina Alvarado, se reunieron en uno de los accesos al mercado Municipal, a pocos metros del Concejo Deliberante, para realizar una nueva intervención. Esta vez montaron hilos con guirnaldas y papeles de colores y armaron una maqueta del galpón, siempre proponiendo destinarlo para servir como centro cultural.




Nueva manifestación artística, esta vez en el acceso al mercado municipal.

(Los Otros)

Plaza Rivadavia. Galponcitos de papel que molestaron a algunos que rápidamente se encargaron de desmontarlos.

Por otra parte,los estudiantes implementaron unas planillas buscando reunir firmas de vecinos que compartan esta iniciativa de cambiar demolición por uso, desidia por racionalidad, desatino por coherencia.

Poco y nada importó a los jóvenes que ya no hubiera medios de comunicación interesados en el tema (salvo un ocasional periodista de La Nueva Provincia), como tampoco que la anterior intervención, realizada unos días antes en la plaza Rivadavia, haya sido desmontada rápidamente por otro grupo de jóvenes enviados desde el propio municipio.

"Uno de los mayores defectos argentinos es la hipocresía; no importa que las cosas sucedan. Lo importante es que no se sepan", escribió Jorge Luis Borges.

Y en esta historia del galpón la historia la vamos a escribir y contar de una única manera. En la Universidad, en las escuelas, cuando demos charlas del Patrimonio bahiense. De como una obra de arte histórica, testimonio de nuestro pasado de progreso y desarrollo fue demolida ante el silencio cómplice de unos y a pesar del esfuerzo artístico y material de otros .

Quizá dentro de un siglo, otros jóvenes, otros hombres respetuosos en otro esfuerzo, defiendan la demolición de la nueva terminal que hoy tanto nos enorgullece, cuando alguien crea que puede volver a escribir la historia pasando por encima del esfuerzo de las generaciones que los precedieron .
Quizá entonces el padre de esa criatura que hoy pretende prescindir de un bien de todos se entere que aquella obra con la cual creyó perpetuar su nombre y su espíritu, nada significa para sus herederos.

En la historia de la humanidad, aún se lamentan los edificios que en el siglo XIX y principios del XX se construían para las Ferias Universales y que eran desarmados apenas terminaba la muestra. La torre Eiffel de París, montada en 1889, es uno de esos pocos testimonios que sobrevivió a esa decisión. Hace unos años, en 1964, el escritor Ray Bradbury se encontró con Walt Disney y comentaron sobre esa situación.

"Estuvimos lamentándonos --escribió el autor de Crónicas Marcialas-- por el hecho de que en la historia de las naciones se construían Ferias Mundiales que luego se derribaban. "Tonto", "Estúpido", ridículo", fueron los términos que lanzamos uno y otro. En ese juego verbal nos planteamos porqué no construir una feria y dejarla de pié para siempre y de vez en cuando quitar el empapelado y reparar el interior con nuevas fantasías, nociones, conceptos, ideas y sueños".

Sería muy sano que el sitio donde está el galpón tenga dos referencias finales, de acuerdo a su destino. "Este galpón cultural fue salvado de la demolición por decisión del pueblo de Bahía Blanca, respetuoso de su historia", o, la otra, "Aquí estuvo un galpón ferroviario, patrimonio de la ciudad, demolido por decisión de la misma administración que creyó poder construir el futuro prescindiendo de su pasado".

5 de julio de 2009

New London, la pérdida más sentida

"Patrimonio es el conjunto de las obras del hombre en las cuales una comunidad reconoce sus valores específicos y particulares y con los cuales se identifica. La identificación y la especificación del patrimonio es por tanto un proceso relacionado con la elección de valores".
Carta de Cracovia, 2000
El palacete conocido como "New London", ubicado en la primera cuadra de calle O'Higgins y demolido en 1993, conforma el edificio más sentido por los bahienses. Al menos eso se desprende de la encuesta realizada por este blog en los últimas 4 semanas, con un total de 95 votantes sobre casi 3 mil visitas recibidas en el sitio. La encuesta tenía ciertas limitaciones en cuanto a los participantes, por cuanto les exigía conocer los inmuebles seleccionados, todos ellos demolidos en los últimos 20 años. El edificio de New London era una casa de rentas, típico palacete de fachada afrancesada, con un local comercial en planta baja, ocupado entre 1921 y 1971 por la tienda New London, y oficinas y departamentos en las plantas superiores. Su demolición no solo conformó un duro golpe a un bien patrimonial y referencial de las primeras obras de jerarquía levantada sen calle O'Higgins, sino que además con su demolición y la de una vivienda vecina, ocupada otrora por la Tapicería Taberner, dio lugar a la aparición de una gran cochera descubierta, cuya estética es de lo peor que puede verse en el microcentro y afecta de manera irrespetuosa a todo su entorno. El 32 por ciento de de los votantes señalaron a esta obra como la más significativa dentro de las pérdidas arquitectónicas.


Ayer y hoy: arquitectura y paisaje urbano de calidad contra degradación ambiental y pérdida de bienes.


El palacete llegó para mejorar y enorgullecer a la ciudad, 1910.


Ultimos días del inmueble, 1993


En segundo lugar, con el 20 por ciento de los votos, se ubicó la conocida como "Casona de Mc Donalds", en la esquina de Brown y Fitz Roy , demolida en 1998. Otro modelo de vivienda multifamiliar, con locales en planta baja, demolida para dar lugar a la instalación de un local de comidas rápidas. Al igual que en la demolición de New London, se cambió una esquina resuelta con categoría por una cochera y un edificio chato y sin valor. A modo de "homenaje" a la casona desaparecida, los autores de la demolición colocaron, a manera de trofeo, un parte de la cúpula sobre una de las medianeras.



Ayer y hoy: Edificio en esquina con su cúpula y presencia a cambio del vaciado de la esquina por una propuesta degradante.


En tercer lugar, con el 17 por ciento de los sufragios, se ubica el edificio donde funcionara hasta 1971 la Escuela Normal Mixta, en la esquina de Brown y Villarino, cuyo terreno aún sigue vacante, sin destino. En este caso la pérdida tiene un alto valor sentimental por cuanto de ese sitio egresaron decenas de generaciones de maestros bahienses, a quien les han quitado una referencia tan transcendental en la vida de una persona como es el sitio donde estudió.



Escuela Normal MIxta. Brown y Villarino, 1928.


Luego se ubicó la Casa Pagano (ocho por ciento), que fuera vivienda familiar y estudio de Nicolás Pagano, destacado constructor local. Fue convertida en boliche bailable en 1974 (con el nombre de Brancaleone) y demolida en 1987.


La casa Pagano, a poco de ser convertida en boliche bailable.

Los elevadores de chapa de Ingeniero White (7 por ciento), acaso el bien más valioso desde el punto de vista arquitectónico e histórico perdido en la ciudad (desarmados en 1978).



Una postal de Ingeniero White, una obra que pasó de ser considerada a Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO a kilos de hierro en venta.


Por último, se ubicaron los denominados "galpones del Noroeste", valiosísimo grupo de edificios ladrilleros del ferrocarril Bahía Blanca Noroeste que aún por estos días siguen siendo desguasados; y la casa del médico Leónidas Lucero, de calle Lamadrid al 200, demolida a pesar de ser parte del inventario bahiense, casa familiar y consultorio del fundador del hospital Municipal de Bahía Blanca.


Los galpones del Noroeste, sobre calle Malvinas. Un tesoro ferroviario desarmado y vandalizado.


La vivienda familiar y consultorio del médico Leónidas Lucero. Un héroe de la medicina local que se quedó sin su máximo referente construido.

La ciudad que ni recordamos

Si bien es habitual pensar que la demolición de viviendas en Bahía Blanca comenzó en la década del 80, la realidad indica que fue a partir...