31 de mayo de 2009

Festival por el galpón




Un grupo de artistas locales ha organizado para el lunes 1 de junio a las 17 un festival de música para manifestar su oposición a la demolición del galpón ladrillero de la ex estación ferroviaria del Rosario Puerto Belgrano (1; 2; 3; 4, 5).La manifestación coincide con la inquietud de varias entidades vecinales que viene haciendo su reclamo para conservar ese edificio, no sólo por su valor patrimonial sino por los muchos destinos que podría tener, teniendo en cuenta que se trata de varios metros cuadrados de sólida construcción. La cita para el 1 de junio se está distribuyendo a través de cadenas de mails y medios de prensa, según el siguiente texto.


"El lunes 1 de Junio, a las 17.00 horas, realizaremos una guitarreada en la vieja terminal de ómnibus, a modo de protesta por la demolicion del Galpón Ladrillero donde hasta la actualidad se reciben encomiendas.Es un galpón de la decada del '20 de lineas muy simples que marcan el cambio de la tendencia en arquitectura de la época. Ocupa un total de 500 m2 y bien podría ser destinado a uso comunitario y cultural, un lugar donde los artistas plásticos puedan exponer sus obras, donde las bandas de musica puedan reunirse, las murgas actuar o los vecinos del sector realizar actividades.No abundan los espacios físicos municipales y esperamos que el Ejecutivo repare esta decisión de demolerlo. Para eso necesitamos tu ayuda, ¡acercate y apoya nuestra propuesta!"

28 de mayo de 2009

Símbolos bahienses





"La postal" elegida de la ciudad: el teatro Municipal

El teatro Municipal ha sido finalmente el elegido en la encuenta realizada durante una semana en este sitio, con 120 participantes. El edificio inaugurado en 1913 fue elegido por el 40 por ciento de los participantes, como el símbolo por excelencia de Bahía Blanca, la postal que mejor grafica a nuestra ciudad. Fue seguido en las preferencias por el edificio de la Universidad Nacional del Sur de la avenida Alem al 1200, con el 21 por ciento, quedando en el tercer lugar el portal del parque de Mayo, con el 20 por ciento de las preferencias.


Cuarto lugar para el monumento a Rivadavia.


El Caviglia con su torre, quinta ubicación.


La fuente de Lola Mora, la última de las elegidas.


Palacio Municipal. No fue incluido en la consulta. Algunos lo sugirieron.

Otra alternativa no considerada: el skyline de la ciudad, visto desde altos del Palihue.

Un poco más alejados en las preferencias han quedado el monumento a Rivadavia (9 por ciento), el edificio Caviglia con su antena de canal 9 (7 por ciento) y la fuente de Lola Mora (5 por ciento)
Entre los sitios sugeridos como candidatos que no fueron incluidos en esta encuesta, vale la pena destacas dos propuestas realizadas por los propios participantes. Uno es el palacio Municipal y otra es el perfil urbano, el skyline, que muestra nuestra ciudad desde el mirador de altos del Palihue, donde aparece esa masa compacta de edificios en altura que claramente marcan la impronta local.

27 de mayo de 2009

La torre de una bodega

Con sus 19 metros de altura la torre de la ex bodegas Arizu de Bahía Blanca sigue siendo un hito en la zona de la estación Sud, rescatada en parte del olvido con la obra de prolongación de la avenida Cerri hasta calle Chiclana. Del histórico edificio que ocupara de la planta fraccionadora de vino quedan apenas unas cabriadas y unos pocos muros. Fue construido en 1943, como "natural consecuencia del volumen de ventas" que venía experimentando la sucursal establecida en 1935 en Bahía Blanca por la firma SA Viñedos y Bodegas Arizu, creada en Mendoza en 1907 por don Balbino Arizu.


Bodegas Arizu, foto de época

Aspecto del edificio, enero 2009
La obra se destacó por la construcción de 40 grandes piletas enterradas, de 4,25 metros de profundidad, con capacidad para almacenar hasta 1,2 millones de litros de vinos de distintas cepas. Todo el subsuelo contaba con una inquietante red de pasillos-calles iluminados con arcos fluorescentes. En la fábrica se ubicaba la planta fraccionadora con capacidad para producir 2 mil cajones de vino por día (unas 20 mil botellas) y disponía de sala de primeros auxilios, oficinas administrativas y hasta un taller mecánico propio para camiones y vehículos en general.

Vista del puente negro desde la terraza de la torre
Respecto a la torre que organizaba la planta, alcanza los 19 metros de altura, dividida en tres pisos por los cuales se realizaba la ditribución del vino filtrado, mientras que en el último nivel se ubicaba un tanque con capacidad para mil litros de agua. El elemento estaba coronada con una terraza que permite una "hermosa vista de la ciudad y parajes cercanos".

La terraza a 19 metros del piso, con vista hacia la avenida Cerri.

Ultimo tramo antes de llegar a la azotea, con una escalera exterior. Las cabriadas han sobrevivido al desguace.

Ventanales, vista hacia la escalera del puente negro.

Los piletones subterráneos antes de comenzar la obra de apertura de la avenida Cerri hacia Chiclana, enero 2009.
La empresa Arizu fue adquirida en 1978 por el grupo Greco. En 1981 dejó de fraccionar vino en Bahía Blanca y en 1987 cerró sus puertas.
Hoy poco y nada queda de esta obra que es propiedad de la familia Liberman, la cual, de acuerdo a algunas fuentes municipales, se ha comprometido a mejorar el lugar apenas se libre al servicio la nueva calle.

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Del tiempo aquel
La calle me lleva sin que se lo proponga...
Aminoro la marcha y con respeto me acerco.
Una bodega, otrora altiva y prestigiosa,
se presenta ante mí, vestida con hilachas
de un lejano apogeo.
Me enfrenta, como pidiendo asistencia...
La veo, pero no distingo bien sus formas...
No sé donde centrar mi mirada,
para poder imaginarla entera.
El esqueleto sigue fiel al pasado,
aunque se ha dejado atravesar
por las ramas de atrevidos árboles,
que no tienen en cuenta su historia.
Extraños mensajes se leen en sus muros.
Y en su suelo reina la anarquía,
entre escombros y yuyales...
Me acerco y observo que nadie me mire.
Apoyo mi oído en una pared a punto de caer...
Y para mi asombro, alcanzo a oír
algo similar a unos latidos...
Está viva...
Yace casi en ruinas, pero expectante...
La falta de ventanas le impide ver.
Entonces, decide mentirse una vez más,
y ordena a su torre que observe,
que otee el entorno y le cuente.
La torre la mira con ternura y complacencia.
Ella también está mal, pero la acompaña de pie.
Fiel a su amiga, le cuenta, lo que ella quiere oír.
"Veo varios carros esperando la llegada del tren,
y el sudor de caballos fatigados esperando el relevo.
Familias con niños que corren a la estación
con gran cantidad de bultos y rezongos.
Suena el silbato de un guarda
y se mezclan los vapores de las máquinas.
La fuente cercana nos regala el transcurrir de su agua
y mengua el calor de los animales.
Aquí enfrente, aguarda el nuevo turno para entrar.
Hombres y muchachos, ropa de fajina, el alboroto de cada día.
Más allá, fondas y cantinas cargadas de gente de paso.
Los burdeles aguardan su hora,
y el farol al compadrito de turno.
Aquí cerquita, en el puente, lo de siempre,
amores calladitos y apretados...
Un puesto de flores, y un diariero acostado
sobre el diario que no vendió..."
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Ella suspira...y sonríe con tristeza.
Sacude los pájaros de sus cabriadas
e insiste en que me vaya,
para gritar, desde su torre, el último adiós.


María Isabel Díaz,
Bahía Blanca, noviembre de 2010

26 de mayo de 2009

Coche viejo


Chiclana y Alsina, Ford Falcon al por mayor.



Mientras avanzan los trabajos de peatonalización de la primera cuadra de calle O'Higgins, plagada la esquina con Chiclana de los a esta altura cansadores carteles color naranja, el parque automotor bahiense sigue sorprendiendo con algunos de sus componentes, como estos dos añosos ejemplares de Ford Falcon, modelo mitológico si los hay. De acuerdo a alguna información encontrada en internet, esos autos se fabricaron en nuestro país hasta 1991. Más allá de una muy mala fama ganada en la época del proceso (1976-1983), existen en la ciudad verdaderos cultores de este verdadero fierro del automovilismo. La pregunta es, ¿qué tiene que ver el automóvil con la arquitectura? poco y nada, aunque para uno de los grandes maestros del movimiento moderno, Le Corbusier, la casa era "una máquina de habitar" y el automóvil uno de los ejemplos de prácticos que debía servir de inspiración para el diseño de las viviendas.

22 de mayo de 2009

Símbolos bahienses




En más de una oportunidad se ha planteado de manera informal cuál es el edificio, monumento o lugar que mejor simboliza nuestra ciudad. Aquella obra que su sola presencia identifica a Bahía Blanca, reconocible por propios y ajenos. Entre los candidatos que surgen de manera espontánea está el portal del parque de Mayo, el teatro Municipal, el edificio de la Universidad Nacional del Sur en la avenida Alem, el monumento a Rivadavia y el edificio Caviglia con la antena de canal 9. Por eso resultan por demás atractivos y simpáticos estos banderines de la década de los 70, los cuales contienen precisamente algunos de esos iconos bahienses. A la derecha, pueden participar de una pequeña encuesta sobre el tema. Gracias.

Maravillas cercanas

Visitar Ingeniero White, localidad portuaria distante a poco más de 20 kilómetros de Bahía Blanca, es una experiencia que curiosamente poco hacen los bahienses y que poco se promociona desde el punto de vista turístico. El lugar posee un patrimonio arquitectónico de jerarquía, que incluye una variada propuesta utilitaria-industrial, propia de haber nacido como condición portuaria y ferroviaria a fines del siglo XIX, y un tesoro único de viviendas resueltas con el típico lenguaje de estos sitios, recurriendo a estructuras de hierro y madera, con revestimientos exteriores de chapa, resignando cualquier tipo de ornamentación o decoración, con una pureza y fuerza de formas que hoy, con la perspectiva del tiempo, conmueven hasta al más distraido. "Como La Boca", se suele decir para referir el perfil urbano de White. Me animaría a decir que, por el contrario, "Ni en la Boca" puede encontrarse semejante variedad de diseños, colores, formas y recursos como en Ingeniero White. Un lugar para conocer, descubrir, explorar, atender y disfrutar. Un tesoro que acaso por estar "acá a la vuelta" muy pocos valoran y aprovechan.


La clásica madera calada que los ingleses desarrollaron para sus aleros, en este caso aplicado a un voladizo de una vivienda revestida en chapa.


Despensa "El Buen Trato", revestida en madera.

Viviendas de madera y chapa. Diseños portuarios, de lectura simple, con claras referencias a los edificios industriales del siglo XIX.
En algunos casos se han elegido llamativos colores. Casa de madera.
Una especie de "casa chorizo", revestida en chapa. Al fondo los silos de hormigón denuncian la calidad industrial del lugar.

21 de mayo de 2009

Tarde piaste...





"Los sorprendieron robando en la ex ONABE.
Tres individuos fueron sorprendidos por la policía cuando sustraían planchas metálicas del predio de la ex ONABE.Los malvivientes fueron divisados por uno de los empleados de seguridad de la empresa ADIF (Administración de Infraestructura Ferroviaria Sociedad del Estado), quien rápidamente dio aviso a la policía.Cuando los uniformados arribaron al predio de calle Malvinas, entre Blandengues y Roca, encontraron a los malvivientes retirando planchas metálicas de unos dos metros desde el interior de unos galpones y cargándolas en un carrito de dos ruedas.Los malvivientes fueron apresados y trasladados a la seccional de calle Don Bosco, donde se les iniciaron actuaciones por “tentativa de Hurto”. Fueron identificados como Ronaldo Aroca (40), Daniel Bassi (27) y Julio Martínez (21)".

20 de mayo de 2009

Aníbal "Melón" Troncoso

En Ingeniero White, en la zona de entrada al Club Atlético Puerto Comercial, se ubica un singular monumento que evoca la memoria de dos glorias del fútbol portuario: Aníbal "Melón" Troncoso y su compañero en el ataque, Isaías Romano.
La obra fue inaugurada en 1967 y dedicada en principio a Troncoso, fallecido un par de años antes. Troncoso comenzó jugando en Comercial como insider izquierdo en 1930, para ser incorporado en 1933 a Talleres de Remedios de Escalada, donde jugó durante 2 años. En 1935 pasó a Boca Juniors, donde se encontró con su amigo y ex compañero de Comercial, Ernesto Lazzatti, compartiendo en varias ocasiones la primera división xeneise. En 1937 y hasta 1942, pasó a Tigre, donde se convirtió en una leyenda de Los Matadores, convirtiendo 75 goles. En 1943 volvió a Bahía Blanca, donde siguió jugado casi una década.
Pero además de ser un delantero de primera, el mismísimo Ricardo Lorenzo, "Borocotó" lo incluyó en un listado de los mejores atacantes junto a Cherro, Labruna, Moreno y Sastre, "Melón" era músico, talentosísimo ejecutor del piano y del bandoneón, y despuntaba el vicio tocando en celebradas orquestas en las principales cantinas de White. En 1935, el vecino Rogelio Mayo, "entusiasta cultivador del arte musical de Villa Mitre", le dedicó el tango "Melón", estrenado en el bar de Concetti, por la orquesta Favre.



"Melón"Troncoso e Isaíto Romano, en el acceso al club atlético Puerto Comercial.


Troncoso y Romano, tapa de la revista "La Cancha", 1934


Aníbal "Melón" Troncoso, a poco de inaugurado el monumento, 1967

La estatua de "Melón" Troncoso fue realizada por el artista español Angel Muñíz Alique, y formalmente inaugurada en 1967. Tiempo después se agregó la de "Isaíto" Romano, su compañero de juego de toda la vida.

17 de mayo de 2009

Malas artes



El edificio es histórico por donde se lo mire. Se ubica en la esquina de Belgrano y Guillermo Torre, sitio simbólico de Ingeniero White. En el lugar funcionaron dos sitios emblemáticos de la localidad portuaria: el cine Jockey Club y, posteriormente, la cantina "Il vero Tulio", para muchos la más exitosa que tuviera el puerto. Por estas dos razones el inmueble ya tiene sobrados motivos para ser considerado parte de la historia bahiense. Sus paredes cobijaron inolvidables jornadas de ronda y matiné, con la magia del cine encantando a los whitenses, sus 400 butacas siempre ocupadas y algunas noches de primavera permitían abrir el techo corredizo y soñar mirando las estrellas. Cuando Tulio Angelozzi se mudó al lugar con su exitosa cantina reformó el interior del edificio y parte de su fachada. Fueron años de magia que se extendieron hasta 1979, donde en la noche whitense sonaba la música y corrían los buenos platos, en mesas donde supieran sentarse Irineo "el Pulpo" Leguisamo, Juan Manuel Fangio y Nicola Di Bari.


La penosa intervención, carente de respeto y sentido para un edificio cargado de historia. "Empresa constructora Cabré", borrado a golpes.




Cine Jockey Club, 1936

Cerrada la cantina, el edificio comenzó un camino de abandono, ruina y malos oficios. Parece que nadie lo consideró lo suficientemente valioso para declararlo patrimonio arquitectónico, histórico y cultural. En los 80 lo ocupó una iglesia evangélica que se encargó de pintar de azul su planta baja, una intervención tan desacertada como irrespetuosa. Luego siguieron años de abandono. Hoy da pena, impotencia y demasiada desazón ver como siguen dañanado tan valioso bien. En algún momento alguien decidió, mientras el inmueble luces sus carteles de "Se alquila", realizar una canaleta en la casi centenaria mampostería para colocar algún caño de electricidad. No tuvo empacho el irresponsable del trabajo de romper la firma de quien fuera constructor del edificio, la empresa Cabré, acaso una de las más destacadas en la historia de la construcción local. Por ahora puede leerse, en la otra parte de la esquina, el nombre del autor del proyecto, el arquitecto Enrique Cabré Moré, destacado historiador, creador del escudo de Bahía Blanca.


Vista actual del histórico edificio. Allí funcionó además "Il Vero Tulio", la cantina más exitosa de la localidad portuaria.


La antigua entrada al cine.


Detalles art déco.

Si de algo sirve para terminar de armar esta historia, el edificio tiene un sobrio y medido estilo art déco, lenguaje originario en Francia y adoptado por ciudades norteamericanas como Hollywood y Miami para alojar sus lugares destinados al ocio y el entretenimiento, incluidos hoteles, casinos, cabartes y cines. También conserva, sobre su acceso principal, la leyenda que lo identificaba como cine. Una joya de las muchas que tiene Ingeniero White. Una localidad que cuenta gran parte de su valiosa historia a través de ese "arte inevitable" (que todos vemos, del cual somos parte) que es la arquitectura, "una crónica edificada de como hemos ordenado nuestras prioridades culturales, quienes y que somos, y en que creemos. Nuestro testamento en piedra". En este caso, poco y nada hemos entendido de esta herencia.

16 de mayo de 2009

Ayer y Hoy (Tramway y breaks versus Plaza y autos)


La misma esquina, O'Higgins y Chiclana, los mismos edificios, un leve giro en el ángulo de la foto, un siglo de diferencia entre ambas imágenes. En la postal superior, pasa el tramway a vapor y se alcanza a ver el vagón tirado por una pequeña locomotora, las llamadas, despectivamente, "cajas de humo", mientras una break inicia el giro hacia la derecha.
Abajo, una imagen de abril de 2009, con la presencia de los coches rojos de Plaza, nuevos integrante del paisaje urbano local, y algunos de los miles de componentes del nutrido e intenso tráfico vehicular bahiense. Entre los dos, un siglo. Entre ambos, un poco más de ruido, un toque adicional de contaminación, un aporte más al desorden.

15 de mayo de 2009

Otro intento por el galpón


Las nuevas obras avanzan sobre el edificio ladrillero. Se estima iniciar su demolición el mes próximo.
El Partido Socialista de Bahía Blanca ha enviado un comunicado a los medios de prensa manifestando su oposición a la demolición del galpón de cargas de la terminal de ómnibus. Su escrito dice:


¿UN SIMPLE GALPON O PATRIMONIO ARQUITECTONICO?
El Partido Socialista cuestiona la decisión de demoler el galpón de encomiendas de la Terminal de Omnibus, y pide que se revea la medida para destinarlo a actividades comunitarias y culturales.
El espacio físico, donde desde hace más de 30 años funciona el depósito de encomiendas de la Terminal de Ómnibus, será demolido por el Ejecutivo Municipal.
Es un galpón ladrillero que data del siglo pasado, de diseño simple, utilizado en la época para los FFCC y de un valor arquitectónico muy importante.
La idea de la demolición está ligada a la búsqueda de un espacio para el estacionamiento de los vehículos que entregan y retiran encomiendas.
¿Más de 80 años de historia bahiense derrumbados por 500 m2 que albergaran a no más de 20 automóviles que permanecerán estacionados entre 15 y 20 minutos?
Los Socialistas creemos en la descentralización y en la recuperación del espacio público como dos ejes unidos, que le garantizan a los vecinos la posibilidad de acercarse al Estado Municipal a través de los edificios destinados a tal uso, como ha sido el caso de la Estación de Ferrocarril Spurr.
La tendencia mundial en patrimonio arquitectónico es la armoniosa convivencia de lo “viejo” y lo “nuevo”, sosteniendo espacios urbanos, entornos históricos.
Ante la necesidad edilicia que plantea permanentemente el Municipio, alquilando edificios para el funcionamiento de diferentes dependencias, proponemos la recuperación del Galpón para destino comunitario y social, un espacio donde el Gobierno comunal podría extender sus actividades.

Colorado el 25


Calle 25 de Mayo, unos metros antes de Brown. Casas y cosas que nos pasan o sobre gustos no hay nada escrito. Esta readecuación de la vivienda generó una estrecha entrada-tubo principal y la elección de este atractivo color rojo-furia. Foto gentileza Héctor Herro.
"Los que habían llegado primero no entendían qué era lo que atraía a esa gente a Zobeida, a esa ciudad fea, a esa trampa" (De Las ciudades invisibles, Italo Calvino)

14 de mayo de 2009

Todo va mejor con...



Una esquina bien definida, a puro color y promoción. Nicaragua y Perú. En una visita realizada a Bahía Blanca hace unos cuantos años, un reconocido arquitecto, especialista en temas patrimoniales, contó una historia que él ubicó en Montevideo. Un vecino iba a pintar el frente de su casa en un color fuerte. Visitó entonces a quien vivía enfrente y le preguntó si le gustaba el color. "Es su casa, es su decisión", manifestó el consultado. "No, contestó el primero, es también su decisión porque usted es el que va a ver mi casa todos los días". Eso vendría a ser algo así como tener conciencia urbana. Saber que uno hace ciudad con sus intervenciones y afecta, para bien o para mal, a todo un entorno.

12 de mayo de 2009

El Portalazo (1942)


El dibujo del proyecto firmado por Aguilar, 1942

En 1942 el entonces intendente Jorge Aguilar, de profesión ingeniero civil, decidió dotar de una fachada-acceso al parque de Mayo, teniendo en cuenta que por entonces una muy modesta tranquera indicaba el ingreso principal al paseo. El resultado fue un diseño de líneas coloniales, por entonces asumidas por algunos profesionales de la arquitectura como verdadero lenguaje arquitectónico nacional, derivada su estética del arte barroco.


Una postal de fines de los 50, donde aparece el portal pintado de rosa.


Cuadro que muestra la obra en ejecución. Puede verse en el hall del teatro Municipal.

Presentada la obra, hubo una inmediata reacción de los integrantes de una Comisión de Estética Municipal, formada por un grupo de prestigiosos profesionales que asesoraba al municipio en cuestiones de estética urbana. Primero, por no haber sido consultados sobre los lineamientos de la obra. Segundo, porque en muy poco los convención como propuesta artística. En repudio a las formas, decidieron renunciar a esa comisión todos sus integrantes, entre ellos los arquitectos Raúl Costa Varsi y Manuel Mayér Méndez, y el ingeniero Manuel Vallés. En pocos meses Aguilar terminó su obra, dejando un portal que con el tiempo se ha convertido en una de las postales de la ciudad.

La ciudad que ni recordamos

Si bien es habitual pensar que la demolición de viviendas en Bahía Blanca comenzó en la década del 80, la realidad indica que fue a partir...