13 de marzo de 2009

La ciudad al detalle



A fines del siglo XIX dos tendencias arquitectónicas tuvieron desarrollo en el mundo: el historicismo, de la mano de los arquitectos educados en la Escuela de Bellas Artes de París y, y la arquitectura industrial, la propuesta de los ingenieros educados en las Escuelas Técnicas. Mientras los primeros imponían el "gusto oficial" con modelos estéticos inspirados en el pasado (Grecia, Roma, gótico, renacimiento y barroco), los segundos traían un lenguaje renovador, propio de la revolución industrial, identificado por el uso del hierro y el vidrio.
En nuestra ciudad, como en todo el mundo, el historicismo dejó una marca contundente, incluso en las fachadas de viviendas familiares que obtenían un toque de distinción con su diseños apoyados en el pasado. Pero en algunos casos, sus autores se animaron a combinar lenguajes tan opuestos. Una pequeña muestra de ese hecho en la foto que acompaña este comentario. Por pertenecer a un lugar gastronómico clásico de la ciudad, muchos deben habes visto esta fachada decenas de veces. Ahí conviven, en armonía y escala, una moldura de estética barroca, ubicada sobre el dintel de una ventana, con una marquesina vidriada que marca el ingreso a la vivienda. Dos lenguajes, dos formas, un encuentro. En el Mundo de la Pizza, primera cuadra de calle Dorrego.

No hay comentarios:

La ciudad que ni recordamos

Si bien es habitual pensar que la demolición de viviendas en Bahía Blanca comenzó en la década del 80, la realidad indica que fue a partir...