29 de marzo de 2009

Cines de otros tiempos: El Rossini


La sala en la década del 60


"La bombonerita", el día inaugural, 1929


Vista actual del edificio. Mitre 225


Detalle de la marquesina de hierro y vidrio

En 1929 la Sociedad Italia Unita inauguró su monumental sede social en la esquina de Mitre y Rodríguez, edificio diseñado por el ingeniero Adalberto Pagano (dato gentileza Luciano), el cual incluyó la construcción de un atractivo teatro al que, luego de una compulsa entre los asociados, se bautizó con del músico Gioacchino Rossini. Rossini compitió con otros dos candidatos, Bellini y Puccini, habiendo sido excluido el nombre de Verdi ya que por entonces otra sala de la ciudad tenía esa denominación (el Politeama Verdi, de calle Alsina 129). Fue construido, de acuerdo a crónicas de la época, "con derroche de buen gusto y de acuerdo a las exigencias de los teatros modernos". Una curiosidad de la sala es que su piso era "movible", lo cual permitía, con un mecanismo muy simple, "uniformarlo" en caso de querer destinar la sala para fiestas danzantes. El día de su inauguración, en agosto de 1929, se dijo que la sala era una verdadera "bombonerita", sin pretensiones de lujo, pero con una excelente acústica. Con un escenario acaso un tanto estrecho para la obra, se inauguró, al igual que había ocurrido con los teatros Municipal (en 1911) y Colón (luego Don Bosco, en 1909), con la ópera Aída, de Giuseppe Verdi. El lugar completó aquella noche su capacidad de 800 asientos, divididas en 305 plateas Pullman, 29 palcos, 260 butacas de tertulia y 120 paraísos. Además de servir como sala teatral, estaba equipada para proyecciones cinematográficas, con una máquina Gaumond. Ese destino de cine se reforzó en la década del 50, cuando la sala pasó a manos de la empresa Scheines, quien renovó sus equipos y le colocó una pantalla gigante. Una cartelera de 1957 hacía compartir su programación con los cines Ocean, Palacio del Cine, Gloria, Odeón, Astral, Grand Splendid, Bahía y Unión.
Respecto a su arquitectura, si bien el edificio fue construido junto con la sede social de la esquina, tiene la singularidad de tener su fachada curva, además de haber incorporado en su frente una atractiva marquesina de hierro y vidrio.
El Cine Teatro Rossini no fue ajeno a los vaivenes de las salas locales y cerró sus puertas en varias oportunidades, aunque siempre volvía a abrirlas. Su última "reapertura" data de 1979. En la década del 90 fueron, finalmente, desmanteladas sus butacas y convertido en confitería bailable. Con algunas variantes, sigue sirviendo para ese destino, con el particular nombre de "Rossini Paradiso".

PD.: De muchas películas que pude ver en el Rossini, recuerdo en especial un film que, en su época, fue maravillosa: Melody (1972).

27 de marzo de 2009

Ticket to ride

Acaso de las varias compañías de ómnibus que dejaron de circular con la implementación del nuevo sistema de transporte público en nuestra ciudad, ninguna tan autóctona como la llamada "Coronel Ramón Estomba", en referencia al reconocido militar fundador de Bahía Blanca. Por eso este pequeño homenaje a esa empresa, compartiendo un (a esta altura) histórico boleto que data de 1984, una de las máquinas que servían para su venta y, por último, uno de los últimos coches que recorrió las calles bahienses antes de dar paso a los nuevos modelos.
Al igual que la Estomba, desaparecieron Micro Sur y San Martín.


La curiosidad adicional del boleto es la ilustración que lleva el boleto, el cual muestra a un soldado ataviado con el uniforme propio de 7 Regimiento que llegó con Estomba en la gesta fundacional, incluso con el respectivo sable, pero con una lanza que de inmediato confunde su figura con la de los indígenas habitantes de estas tierras.


El porta-boletos típico hasta la llegada de las tarjetas prepagas


Una de las últimas unidades de la Estomba, frente al edificio del banco de la Nación, en calle Estomba.

Comenzó la cosa


Sarmiento al 1100. Comenzó la demolición.

24 de marzo de 2009

Casas que se van



Sarmiento era una modesta calle de tierra cuando a principios del siglo pasado comenzaron a construirse modestas casas de barrio, muchas de ellas resueltas desde la simpleza del ladrillo expuesto, esperando acaso la posibilidad de un revoque que resalte alguna moldura y de un toque de distinción a la fachada. Aquella calle de tierra que conducía a la loma y luego a Aldea Romana es hoy una de las avenidas que más ha modificado su fisonomía. Cada casa entonces pasó a ocupar terrenos de alto valor en el mercado inmobiliario, con el consiguiente riesgo de demolición. El amigo Héctor Herro ha enviado en este caso el detalle de esta vivienda de calle Sarmiento al 1.200 que, primero, resignó un añoso ejemplar de paraíso ubicado en su vereda y, por estos días, aparecieron los reconocibles paneles-cercos que anuncian una inminente demolición. Quizá se diga que es una obra con escaso valor arquitectónico, lo cual es una apreciación cuanto menos liviana. Ha tenido firmeza y utilidad, dos de los principios básicos de una obra de acuerdo a la óptica de Vitruvio, y también belleza, desde su honestidad barrial, sus materiales puros, su textura y su simpleza. Es una casa que se va. Cuyas paredes delimitan un espacio interior donde se han cobijado historias, generaciones, silencios y esperas. Es de alguna manera la ciudad que desaparece para dar lugar a una nueva, que curiosamente lleva el mismo nombre que la anterior, y que aspirar a no morir sostenida por la memoria de la gente.


La casa allá por 1920. Hasta hace unos años fue ocupada por Floreal Botas y como puede verse siempre tuvo tapiada lapuerta (foto gentileza José Marcilese)


Los primeros síntomas del adiós.


La casa en los últimos días.

Cuando todavía estaba el maltratado paraíso.

Estación Noroeste

En una de las zonas ferroviarias por excelencia de la ciudad se encuentra la que fuera estación Bahía Blanca del ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, seccional Bahía Blanca Noroeste. Fue habilitada al uso en 1891, por la empresa de capitales ingleses Bahía Blanca Noroeste (BBNO), la cual se fusionaría en 1904 con la del Buenos Aires al Pacífico (BAP). La estación se ubica en calle Sixto Laspiur al 400 y es una de las más modestas que solían construir los ingleses para su ferrocarril. Consta de una estructura prefabricada de madera y se encuentra revestida en chapa. El edificio se organiza con un cuerpo central paralelo al andén, donde una cubierta quebrada jerarquiza su modesto acceso. En los extremos aparecen volúmenes perpendiculares, con cubiertas a dos aguas de fuerte pendiente.


Estado actual de la zona de andenes.


La estación en funcionamiento, década del 30.


Vista exterior.

El edificio conforma una muestra valiosa de la arquitectura ferroviaria desarrollada por los ingleses en el mundo, con diseños claros, utilitarios y recurriendo al uso de materiales propios de la revolución industrial.
Pese a la importancia que el BAP tuvo en nuestra ciudad y los repetidos reclamos de los usuarios por disponer de un edificio más amplio y cómodo, la empresa jamás construyó uno nuevo, a pesar de haber realizado obras trascendentes, como las usinas eléctricas de Loma Paraguaya y Brickman y Donado, los galpones del mercado Victoria y las casas del barrio Inglés.
Hoy el sitio cuenta con una plaza en su zona anterior mientras que el interior se encuentra ocupado por familias que viven en viejos vagones ubicados en el lugar.

20 de marzo de 2009

La fuente de Lola Mora (una historia con una fiera encerrada)

En septiembre de 1968 los bahienses pudieron disfrutar de un singular espectáculo callejero: en el marco de su despedida de soltero, un grupo de amigos paseó por el centro de la ciudad, en el interior de una jaula, al entonces ídolo del basquetbol bahiense, Atilio "Lito" Fruet, con la leyenda que daba cuenta de las razones de ese encierro: "La Fiera". La historia indica que fue precisamente buscando esa jaula en un galpón del parque Independencia que Omar Peñuñuri encontró, arrumbadas en el lugar, un conjunto de piezas de mármol de Carrara que llamaron su atención.


Lito Fruet enjaulado, septiembre de 1968. Una despedida que generó una obra de arte.
Por eso, unos días después regresó al lugar y confirmó la importancia de su hallazgo: uno de los pedestales del grupo escultórico llevaba la firma de Lola Mora, reconocida escultora tucumana. Fue el principio de una historia que terminaría exactamente diez años después, cuando, en diciembre de 1978, esas obras, restauradas y debidamente montadas, formaron la hoy tradicional "Fuente de Lola Mora", ubicada en el playón de la Universidad Nacional del Sur.


Las partes de mármol en el patio de la Universidad Nacional del Sur, diciembre de 1968.
Es que, hechas las averiguaciones del caso, Peñuñuri estableció que la obra había sido donada a esa casa por Zunilda P. viuda de López Francés, uno de los grandes hacedores de la Universidad, quien las había adquirido en una subasta realizada por la familia Paz Anchorena en la Capital Federal. Del conjunto montado dentro de la pileta diseñada por el arquitecto José María Pascualetti, sólo los capullos laterales son de la autoría de Lola Mora. El elemento central, con sus grandes platos, son de autor desconocido, adquiridos en Roma, Italia, por la misma familia.


Uno de los capullos de la autoría de Dolores "Lola" Mora.
Vista de la fuente. El grupo central es de autor desconocido.

19 de marzo de 2009

Símbolos ciudadanos



A la hora de elegir "la postal" de Bahía Blanca, parecieran no ser muchas las imagenes que de manera inmediata representar a nuestra ciudad. El portal del parque de mayo, el teatro Municipal y el palacio municipal son algunas de esas referencias. Dos elementos significativos son, también, los que acompañan este comentario: "La Ofrenda", estatua que remata el monumento a Rivadavia en el centro de plaza homónima, y, al fondo, la que fuera antena de Canal 9, montada en 1965, en la azotea del edificio Caviglia. Para los bahienses, sin dudas, un conjunto reconocible.

13 de marzo de 2009

Malas artes

Una supuesta reforma interior de esta casona de calle Belgrano 67 ha derivado en una serie de acciones que han afectado de muy mala manera la fachada del inmueble, con el consiguiente perjuicio para el bien en sí mismo y para la estética de una de las cuadras tradicionales del centro bahiense. La colocación de una serie de coloridos tamblores para volcar los escombros en un contenedor ha generado daños en el balcón, hecho que muy simple de evitar colocando un tirante o tablón como apoyo. También ha aparecido una construcción en la azotea, que muestra sus desnudos ladrillos a la calle, quebrando el diseño original del inmueble. A pesar de ser una obra que está frente a la propia municipalidad, carece del cartel de obra reglamentario, no hay profesional responsable ni número de expediente. Una muestra más de como hacer las cosas mal, de mostrar poco interés por el entorno edificado y no ser solidario con un paisaje que nos pertenece y afecta a todos.


La casona en reforma, sin cartel, frente al municipio.


Añadidos que afectan la fachada original.


Preocupación cero: la colocación de los tambores rompiendo el balcón.

La ciudad al detalle



A fines del siglo XIX dos tendencias arquitectónicas tuvieron desarrollo en el mundo: el historicismo, de la mano de los arquitectos educados en la Escuela de Bellas Artes de París y, y la arquitectura industrial, la propuesta de los ingenieros educados en las Escuelas Técnicas. Mientras los primeros imponían el "gusto oficial" con modelos estéticos inspirados en el pasado (Grecia, Roma, gótico, renacimiento y barroco), los segundos traían un lenguaje renovador, propio de la revolución industrial, identificado por el uso del hierro y el vidrio.
En nuestra ciudad, como en todo el mundo, el historicismo dejó una marca contundente, incluso en las fachadas de viviendas familiares que obtenían un toque de distinción con su diseños apoyados en el pasado. Pero en algunos casos, sus autores se animaron a combinar lenguajes tan opuestos. Una pequeña muestra de ese hecho en la foto que acompaña este comentario. Por pertenecer a un lugar gastronómico clásico de la ciudad, muchos deben habes visto esta fachada decenas de veces. Ahí conviven, en armonía y escala, una moldura de estética barroca, ubicada sobre el dintel de una ventana, con una marquesina vidriada que marca el ingreso a la vivienda. Dos lenguajes, dos formas, un encuentro. En el Mundo de la Pizza, primera cuadra de calle Dorrego.

12 de marzo de 2009

Casa Pájaro

En calle Italia 1225 aparece esta curiosa casa de dos plantas, en cuya planta alta presenta una colorida ilustración de un pájaro. De acuerdo a datos aportados por el ingeniero Pablo Pascualetti, allí vivía un constructor que trabajó con su padre, el arquitecto José María, en la construcción del colegio Don Bosco. Fascinado por el mural realizado por Aurelio Friedrich en 1965, le encargó este atractivo dibujo para su frente, realizado con la misma técnica de tesuelas. Una curiosidad que vale la pena conocer.


Casas angostas (III)

Las casas angostas parecen ser un atractivo en el mundo, así que en cualquier buscador donde se escriba "Narrowest house" aparecerán muchos ejemplos notables. Amsterdam, en Holanda, es la ciudad que más frentes de 2 metros (promedio) tiene. Verdaderas maravillas de la arquitectura, algunas de las cuales acaso tengan aquel recordado cartelito: "La casa es chica, pero el corazón es grande".


En Méjico, angosto el chalecito

Amsterdam, aparece en internet como "la más angosta del mundo".
Amsterdam, verdadero reservorio de casas angostas.
Dicen que es la más angosta de Europa, en Austria, 2,25 m
Increíble de apretada, en un rincón. Polonia.
Hoogstraat 22, Holanda, 2,02 m de frente

11 de marzo de 2009

Postales Urbanas (se viene la mansarda)


En posteos anteriores compartimos el tradicional edificio de la esquina de O'Higgins y Chiclana, donde funcionara el hotel La Central Muñíz (por entonces presentado como "Casa Amueblada"), haciendo referencia a su último piso, terminado en mansarda. Ahora rescatamos esta singular postal de la segunda década del siglo XX, donde se observan los primeros trabajos para agregar ese piso adicional a la obra existente. Puede notarse además la curiosidad de los toldos de calle O'Higgins, lugar de paseo por excelencia de los bahienses.

"Obra de Don Bosco"

El 29 de mayo de 1965 el colegio Don Bosco inauguró el tradicional panel que adorna el frente de su edificio, en la esquina de Vieytes y Moreno. "Constituye para nuestra ciudad un imponderable aporte de orden estético, de jerarquía artística y ornamental, con perspectivas de servir de estímulo a propietarios y arquitectos que quieran contribuir al embellecimiento de Bahía Blanca", señaló el diario La Nueva Provincia en ocasión de la inauguración.
La obra pertenece al artista pringlense (bahiense por adopción) Aurelio Friedrich, quien en un panel de 88 metros cuadrados recrea la obra de Don Bosco en toda la patagonia. Para su ejecución se utilizaron teselas de dos por dos centímetros, similares al mosaico veneciano de sílice y color en la masa (glasiris), generando "una cálida manifestación de color, desenvuelto en gradaciones cromáticas de graciosos ritmos".
El mural, bendecido por entonces obispo Germiniano Esorto, no ha perdido hasta la fecha ni una sola de sus teselas, lo cual refiere además la calidad técnica de su ejecución, supervisada en parte por el autor del edificio, arquitecto José María Pascualetti.


Mural "Obra de Don Bosco", Aurelio Friedrich, Moreno y Vieytes, 1965

Mural (detalle)

Casas angostas (plus)



El amigo Héctor Herro, observador avispado si los hay en cuestiones urbanas locales y fantástico colaborador de este blog, nos ha enviado esta nueva "casa angosta", a la que ubica en "Caronti, pasando Alvarado mano derecha". A diferencia de otras que hemos publicado, en las cuales se advierte que eran garages reformados, esta vivienda parece haber sido diseñada especialmente para un terreno de reducidas dimensiones, en dos plantas y con sus curiosos remates triangulares.

7 de marzo de 2009

Postales urbanas, changador del 55



Desde hace varios meses se viene discutiendo en el municipio de Bahía Blanca la necesidad de evitar que los denominados cartoneros circulen por el centro de la ciudad. Ahora parece que el acuerdo entre las partes está cerca y el otrora llamado "cirujeo" pasaría a ser un trabajo organizado-reglamentado. La historia viene a cuento por la postal que acompaña este comentario, donde se ve a un carro similar (o mejor) de los que hoy circulan por las calles bahienses, con la leyenda en su costado definiendo el oficio de su dueño: "changador".
La foto fue tomada en septiembre de 1955 en calle San Martín y muestra a los muchos bahienses que, de manera espontánea, manifestaron su alegría por el centro de la ciudad apenas conocida la noticia del derrocamiento del general Juan Domingo Perón en manos de la autodenominado "Revolución LIbertadora".

La Luna


Avenida Colón y Sixto Laspiur
"La Luna Show", estacionamiento.
En alguna época se decía que la cancha de fútbol del club Olimpo era la más grande del mundo. ¿La razón?: porque se veía desde La Luna. El comentario hacía referencia a un Cabaret existente en la esquina de la avenida Colón y Sixto Laspiur, el cual ha dejado de funcionar, al menos con ese nombre, desde hace varios años. Pero quien pasa por el lugar puede ver, arrumbado en su patio lateral. el cartel que identificaba al lugar. Pequeñas señales de negocios que existieron y ya no están y cuya historia sobrevive en la memoria colectiva.

6 de marzo de 2009

Postales de otros tiempos: Casa Galli


San Martín y Las Heras. Casa Galli, entre carros y más carros.

En una entrada anterior mostramos una atractiva postal color del edificio que ocupara a principios de siglo la casa Gath y Chaves, en la esquina de San Martín y Belgrano. Entonces la fiel seguidora de este blog, "Lelé", la rubia (recién casada, con el chico más lindo del barrio) que le da un toque de glamour a este blog superpoblado de picapiedras, mencionó que esa evocación le trajo a la mente la "Casa Galli", donde trabajara su abuelo. Bueno Lelé, este post está entonces dedicado a ese recuerdo y quizá algunos de esos tranquilos bahienses que aparecen parados en la esquina de San Martín y Las Heras, a pocos metros del toldo con el nombre del comercio, sea tu querido abuelo. Si lees esto en las playas brasileñas espero te aporte un poco de nostalgia. Una cosa más (al pasar): una vez le preguntaron a García Marquez cuanto estimaba que duraba la Luna de Miel, y el colombiano respondió que eso dependía de la cantidad de miel que tuviese la Luna. Cuac en Macondo!.

5 de marzo de 2009

Casas con nombre




El amigo y colega (gran apasionado por la ciudad) Ricardo Trobiani Rognoni ha enviado a este blog un par de "casas con nombre" que acompañan este post. Reitero la invitación a quienes encuentren estas singularidades dentro de la ciudad pueden enviarnos direcciones o datos para detectarlas. Por el placer de encontrarlas nomás.
(Y de paso, Cortázar...)
"Quisiera aclarar que estas cosas no las hacemos por diferenciarnos del resto del barrio. Tan sólo desearíamnos modificar, gradualmente y sin vejar los sentimientos de nadie, las rutinas y tradiciones". (De Historias de Cronopios y Famas).

4 de marzo de 2009

Hablando de tranvías

Bahía Blanca inauguró su primer servicio de tranvías urbano en 1904, uniendo las estaciones de los ferrocarriles Sud y Noroeste. Consistía en un pequeño tren, con una locomotora y un vagón, al cual en la época se lo mencionaba despectivamente como "cocina de humo". En 1910 llegó el tranvía eléctrico, administrado por la empresa del Pacífico, verdadero adelanto en materia de transporte urbano a nivel mundial, que extendió sus rieles hasta Villa Harding Green, pasando por Villa Mitre y el Policlínico (actual hospital Penna).
El servicio del tramway funcionó hasta 1938 cuando, ya en manos de las Empresas Eléctricas de Bahía Blanca, el Concejo Deliberante aprobó su desafectación por considerarlo "vetusto y antiestético", dando paso al uso de los ómnibus a nafta, verdadero sinónimo de modernidad.
El tranvía es considerado en el mundo actual modelo por excelencia de transporte urbano. Confiable, silencioso y respetuoso del medio ambiente, la mayoría de las ciudades europeas han desarrollado este sistema por sobre cualquier otra propuesta.


Tranvía en Zurich, Suiza

Valencia, España

Oslo, Noruega


Munich, Alemania.

Lyon, Francia

Londres, Inglaterra.

Dublin, Irlanda

Bruselas, Bélgica

Berlín, Alemania.

Milán, Italia.

Bilbao, España.

Bahía Blanca. El tranvía a vapor circulando por calle Chiclana: un trencito urbano en la soledad del paisaje urbano de principios del siglo XX.

La ciudad que ni recordamos

Si bien es habitual pensar que la demolición de viviendas en Bahía Blanca comenzó en la década del 80, la realidad indica que fue a partir...